La metodología tradicional suele cambiar en cada clase el contenido que se trabaja. Por ejemplo, el primer día se practican los saludos; el segundo día se aprende el vocabulario de la familia; el tercero, palabras sobre el colegio, y así hasta completar el año escolar.
Pero la realidad con esta forma de enseñanza es que el alumno no tiene tiempo suficiente para automatizar y afianzar lo que está aprendiendo en solo una hora de clase. Lo más probable es que al día siguiente solamente recuerde dos o tres palabras de las veinte que practicó, y esto no es eficiente.
La clave para aprender cualquier idioma es verlo como cuando uno aprende a tocar un instrumento o a practicar un deporte. No se trata de dedicarle 10 horas un día al mes, sino invertir entre 30 y 50 minutos al día a un entrenamiento de repetición donde se perfecciona un movimiento (la colocación de la lengua o los labios al pronunciar un sonido, por ejemplo) hasta ganar memoria muscular con ello y sentirte con confianza.
Por eso en Charly’s Way el entrenamiento está compuesto por 5 días de repetición, pues es la única forma de conseguir ser maestros en la pronunciación de inglés y tener resultados.